Soy bailarina y productora de la agrupación AM Danza de Habilidades Mixtas, compañía de danza que busca resaltar las ilimitadas formas de movimiento que existen en los diversos cuerpos. El universo de las personas con discapacidad se ha vuelto un poco más visible en los últimos tiempos; sin embargo, queda mucho por recorrer, sobre todo en Venezuela, país donde me desenvuelvo como persona con movilidad reducida a causa de un accidente de tránsito hace veinticinco años.
Durante los últimos dieciocho me he dedicado a darles visibilidad a las necesidades y derechos de las personas con discapacidad mediante la danza. Promuevo la inclusión de personas con discapacidad en este mundo creativo por medio de talleres, y participando como bailarina, rompiendo estereotipos. Creo que el baile de personas con cuerpos que tienen diferentes habilidades tiene que ver con el respeto por lo que en español se llama “diversidad funcional”.
Esta iniciativa la puse en marcha porque como bailarina he tenido la oportunidad de explorar diferentes formas de movimiento, siendo una extensión de mi cuerpo la silla de ruedas, con ella juego y me desplazo por el espacio buscando diversas maneras de expresión.
En nuestra compañía de danza, las disimilitudes físicas son renovadas fuentes de creación y los y las bailarines exploran las potencialidades coreográficas de sillas de ruedas, muletas, bastones, y así se hacen conscientes de las diversas formas de moverse y percibir.
En AM Danza, la capacitación está abierta para todas las personas que deseen participar y conocer las potencialidades que tiene el cuerpo indistintamente de la condición física que se posea. Buscamos derribar prejuicios y nociones que encasillan la danza en una actividad sólo para cuerpos convencionales.
Ubuntu (2019) es una de las actuaciones ejemplares que refleja los principios anteriores, la creatividad y el movimiento que conlleva la complicidad de nuestros dispositivos. Ubuntu es un espectáculo en el que cincuenta personas con discapacidad física, auditiva, visual, con síndrome de Down y parálisis cerebral, artistas o no, danzan junto a bailarines profesionales. Ponen en escena el significado de la palabra zulu ubuntu, “yo soy porque nosotros somos”.
Antes de mi accidente me encantaba bailar, aunque nunca me había dedicado por completo a ello. Fue una ironía que el destino me llamara luego a bailar, algo que creía que ya no era posible. Qué equivocada estaba. Ahora disfruto bailando sobre estas ruedas que continúan mostrándome un mundo con tanto que decir.