La pandemia llegó como un amigo sin invitación a la casa de todos. Se instaló en el sofá meses y aún no se ha ido. Ha significado una pausa para la mayoría de nuestros programas, incluido el de Artes y Discapacidad, que desde 2018 viene visibilizando y apoyando a artistas mexicanos y británicos que trabajan desde la discapacidad. En los últimos cuatro años, el programa ha sido testigo del desarrollo de una naciente comunidad y de un movimiento de cambio, los cuales hemos apoyado a través de:
– Showcasing internacionales: dando acceso a plataformas y audiencias internacionales. En México lanzamos Trazando Posibilidades, un festival y simposio realizado en Guadalajara, en el estado de Jalisco. El festival contó con la participación de artistas y activistas de todas las Américas, de Canadá, Argentina, y también del Reino Unido. Desde Londres, continuamos colaborando con Unlimited, enviando delegaciones mexicanas para que participen del festival en sus ediciones de 2018 y 2020.
– Capacitaciones: desarollado habilidades técnicas y artísticas a través de talleres.
– Investigación: desarollando materiales para ayudar al sector a mejorar su accesibilidad a nivel espacios (A Puertas Abiertas: claves para crear espacios accesibles) y programas (Funciones Relajadas: protocolos de accesibilidad, traducción del trabajo de nuestros colegas canadienses).
– Nuevos trabajos: a través de co-producciones en teatro, danza, arte digital, etc.
Como resultado de este esfuerzo colectivo, hemos podido colaborar con más de 200 artistas y 50 organizaciones, realizando alrededor de 77 actividades que llegaron a más de 45,000 espectadores.
Después de tres años de continuas actividades, llegó 2020. El año en el que la pandemia nos impactó frontalmente nos llevó a explorar nuevas propuestas y migrar a otros entornos. Fue así como, en colaboración con nuestros aliados institucionales, se generó un espacio de creación y reflexión que ha marcado al movimiento de Artes y Discapacidad en México. En el seminario De la inclusión a la interpelación: escena, discapacidad y política, la creatividad y la necesidad abrieron caminos para explorar los requerimientos del sector y derribar barreras, particularmente a través de medios digitales. Durante los siguientes cuatro meses, y trabajando junto a Cultura UNAM; 17,
Instituto de Estudios Críticos; Take me somewhere (un consejo asesor de artistas con discapacidad) y el British Council en México, juntamos instituciones de más de 12 países, con alrededor de 50 participantes y más del 18,000 espectadores, para compartir visiones de cambio.
Mariana Gándara, Coordinadora Ejecutiva de la Cátedra Extraordinaria Ingmar Bergman (cine y teatro), UNAM, comparte: “Hace meses, en una junta para planear el seminario, escuché por primera vez la defensa apasionada que Benjamín Mayer y Beatriz Miranda hacían del término interpelación. Valdría la pena aclarar que la defensa aparecía en contraposición a la solicitud institucional de trabajar en pos de la inclusión. Benjamín y Beatriz, curadores del seminario, fueron enfáticos en la opción política y ética que les hacía decantarse por la interpelación como eje de la actividad. La argumentación era sencilla pero poderosa: la inclusión es una invitación a participar de la normalidad; la interpelación, la posibilidad de desmantelarla.”
“Lo normal: ¿a quién pertenece?, ¿sobre qué esquemas de opresión sostiene sus prácticas? Si bien las intenciones de la institución son nobles, mediante las mesas de reflexión, clases magistrales y conversatorios, un aprendizaje paralelo al de los participantes del seminario ha aparecido en quienes vemos con claridad la brecha que hay entre la diferencia, con su justo reclamo y su disidente goce de existir, y las políticas públicas que rigen nuestro quehacer”, comparte Gándara. “Sin pedir permiso, la interpelación se ha colado en las prácticas cotidianas. Donde no existían subtítulos o lengua de señas mexicana, ahora se muestran indispensables. Se antoja pensar que vivimos en un momento de cambio, un parteaguas”.
El seminario nos permitió reconocer las voces claves del sector y sentir su pulso. La visita incómoda del virus nos obligó a replantear nuestras prácticas. Ahora nosotros debemos impulsar un cambio sistémico donde la excepción se convierta en la norma.